En las últimas cuatro semanas, el ejército israelí ha respondido a las protestas palestinas en Gaza y Cisjordania haciendo un uso excesivo y desproporcionado de la fuerza, incluso disparando munición real contra la población civil. Esto ha dejado un saldo de 45 muertos, entre ellos cuatro niños y dos periodistas, y no menos de 5.500 heridos, 1.300 de los cuales fueron blanco de munición real. Entre las personas heridas se encuentran otros varios periodistas y también proveedores de atención médica y primeros auxilios. Además, la naturaleza particular de las lesiones observadas, especialmente durante las últimas dos semanas, parece indicar una intención de mutilación por parte de los francotiradores.
Como declaró Zeid Ra’ad Al Hussein, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos: “Es difícil imaginar que unos niños, aún aquellos que lanzan piedras, puedan suponer una amenaza de muerte inminente o de herida grave para miembros de las fuerzas de seguridad fuertemente protegidos”.
Condenamos el uso indiscriminado, excesivo y letal de la fuerza que Israel ejerce contra la población civil, en especial niños, periodistas y personal médico. Llamamos a Israel a cesar de inmediato los ataques ilegales contra personas protegidas y a respetar sus obligaciones internacionales, entre ellas las dictadas por el derecho internacional humanitario.
