Necesitamos un sistema político y económico global progresista cuyo enfoque central sean los seres humanos. Buscamos una solución progresista que cree paz y termine con la violencia, que aliente las esperanzas en vez de provocar miedo, que ofrezca igualdad de oportunidades para mujeres y hombres y les permita involucrarse en la sociedad en lugar de ser excluidos de ella, una solución que promueva la cooperación en vez del enfrentamiento. Sin embargo, la violencia, la guerra, la injusticia y el subdesarrollo parecen ser la nueva situación permanente: Siria, ISIS, migración, Ébola, tráfico de drogas, Ucrania etc. Pero estas crisis no son una excepción a la globalización, sino a menudo la consecuencia de una globalización sin gestión alguna o mal gestionada. Los objetivos primordiales de las políticas progresistas son la prevención de conflictos y la creación y salvaguardia de la paz. Como fuerzas progresista asumimos nuestra responsabilidad de emplear nuestros medios y capacidades para fomentar la paz y el desarrollo. Debemos actuar más temprano y de forma más decidida y eficiente.