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FEMINISMO

Feminismo contra la derecha

15 de noviembre de 2019

A nivel global, la situación política y social en materia de los derechos de la mujer ha experimentado un retroceso al volverse cada vez más represiva, xenófoba, extremista y patriarcal. En muchos países del mundo las crisis económicas, conflictos que se agudizan o vuelven a emerger, cuestiones sociales no resueltas y desequilibrios ecológicos provocaron un auge de movimientos nacionalistas de derecha y también antifeministas, así como la consolidación o el fortalecimiento de estructuras autoritarias. A menudo, se intenta legitimar las respuestas nacionales y proteccionistas a las crisis sociales, políticas y ecológicas demarcando límites entre unos y otros, lo cual va en contra de migrantes y solicitantes de asilo, minorías étnicas y religiosas, opositores y mujeres.

En este contexto, los activistas feministas son considerados como supuestas amenazas para una sociedad estable y se han convertido en el blanco de las fuerzas conservadoras. Por su compromiso con la igualdad de derechos, la autodeterminación de las mujeres y en contra del sexismo, hombres y mujeres feministas son objeto de ataques contra ellos como personas y contra sus posiciones.

Como movimientos feministas, activistas y feministas son agredidos tanto verbal como físicamente, se necesitan más que nunca amplias alianzas en la sociedad civil y en el ámbito político. Hace falta un intercambio de conocimientos y experiencias con el fin de analizar y hacer patente la dimensión estructural de la opresión y establecer una actitud crítica frente a estereotipos internalizados. El desafío está en cuestionar tradiciones e identidades y repolitizar las relaciones sociales y condiciones de vida.

Se necesitan nuevas tácticas y estrategias, como, por ejemplo, la inclusión de las mujeres en los procesos de toma de decisiones. Los partidos progresistas, los sindicatos y otros movimientos de la sociedad civil necesitan establecer alianzas con los movimientos feministas para mostrar unidad y legitimar los movimientos feministas. Es sobre todo el potencial de un profundo intercambio estratégico entre movimientos feministas y sindicatos lo que apenas se aprovecha, hombres y mujeres feministas aún tienen que trabajar con demasiada frecuencia en compartimentos estancos en lugar de tener alianzas con partidos, sindicatos y asociaciones para desarrollar una agenda común. Tal agenda debería tratar planteamientos y enfoques prácticos y estratégicos más allá del neoliberalismo y ser interdisciplinaria, intersectorial y concreta para poder contrarrestar el populismo de derecha. Enfoques estratégicos, como la ampliación de los conocimientos sobre las estructuras democráticas, aprovechando las redes sindicales y de partidos, así como vinculando las cuestiones sociales con políticas de género, pueden servir para oponerse al creciente populismo de derecha.

El populismo de derecha ataca los valores fundamentales de la democracia. La justicia social y económica, la atención sanitaria y el cambio climático son temas feministas, y para rechazar el populismo de derecha se necesita una resistencia activa, inclusiva y feminista. La capacidad de los movimientos feministas de formar alianzas con otros movimientos sociales, partidos y sindicatos a nivel nacional, regional y global es esencial para contrarrestar la división de nuestras sociedades. Aún quedan importantes retos por resolver, como la lucha para eliminar la violencia contra las mujeres, los derechos sexuales y de salud, las diferencias entre hombres y mujeres con respecto a las pensiones y los salarios, todas las formas de violencia contra las mujeres, el acoso o el papel de las redes sociales en los ataques contra mujeres. Como una organización feminista creemos que la lucha por la igualdad de género es una lucha por los derechos humanos y la democracia.

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