¿Cuál fue tu motivación para entrar en la política?
En realidad, me pareció que no hubo otra opción. Desde siempre tenía un fuerte anhelo de cambiar mi sociedad y el mundo y de corregir las injusticias. Por eso me hice socialdemócrata ya que creo que este movimiento político es el único que logra combinar el idealismo con el pragmatismo, y una perspectiva internacional con un fuerte arraigo en la sociedad a la que uno pertenece. Sigo siendo un internacionalista comprometido. Necesitamos la cooperación internacional para solventar desafíos internacionales y aprender mutuamente las mejores prácticas, tanto en la política como en las formas de vivir. Y no hay nadie mejor preparado que los socialdemócratas para crear apoyo amplio para un proyecto progresista internacional fuera de las élites de las grandes ciudades y en beneficio de los asalariados normales y corrientes.
¿Si pudieras cambiar una sola cosa en cuestión de segundos, qué sería?
Poner fin al cambio climático ya que éste es el reto global más importante al que nos enfrentamos hoy en día y la causa de muchos otros desafíos globales en el mundo. El cambio climático aumenta las inundaciones y los huracanes en un lugar mientras provoca sequías en otras regiones. Estos cambios conducen a hambrunas y pobreza que luego causan conflictos como consecuencia de la lucha por los recursos y provocan migraciones masivas. Y los ingresos generados por la explotación de combustibles fósiles que en gran medida provocan el calentamiento global se utilizan para mantener regímenes antidemocráticos que apoyan movimientos extremistas en muchas partes del mundo.
¿Cuál es tu deseo más grande de cara al futuro?
Que dejemos a nuestros hijos una sociedad y un planeta que sean mejores, más verdes y más pacíficos.