Con el aumento dramático de la desigualdad en y entre los diferentes países, pero también debido a los movimientos y las protestas sociales en numerosas sociedades, así como los movimientos de huida y migración que van en aumento a nivel internacional, la cuestión social vuelve a estar en el centro del debate político en la sociedad. Una de las causas principales que provocan esta discusión es sin duda el alto nivel de desigualdad que existe actualmente. Con una reducción de la desigualdad se consigue más prosperidad económica y un mayor nivel de movilidad social, justicia intergeneracional, disminución de la pobreza, mejores oportunidades en cuanto a la salud y las condiciones de vida, más cohesión social y participación política. La lucha contra la desigualdad seguirá siendo una de las tareas clave en los próximos años ya que para la constitución futura del mundo y la cohesión de la sociedad será menos relevante si la globalización aumenta aún más el patrimonio de los ricos, sino bien al contrario, el factor fundamental será si logramos reducir las diferencias en cuanto a las oportunidades de participación en los ámbitos social, económico y cultural y si la contribución a solucionar los problemas medioambientales es compartida de forma justa por todos los actores implicados.