La Alianza Progresista condena enérgicamente la intensificación de la campaña de represión de la República Islámica de Irán, que ha llevado a la ejecución de 46 personas kurdas sólo en el último mes. Estas ejecuciones no son sólo cifras: representan vidas truncadas bajo un régimen que pretende silenciar la disidencia y aplastar las aspiraciones democráticas en Irán.
Entre las personas en peligro inminente se encuentran Varishe Moradi, activista kurda por los derechos de las mujeres, y Pakhshan Azizi, trabajadora humanitaria. Ambas han sido condenadas a muerte tras juicios manifiestamente injustos, empañados por confesiones forzadas y una negación total de las garantías procesales. Estas mujeres, que representan a la oprimida minoría kurda de Irán, han sufrido tratos inhumanos, como reclusión en régimen de aislamiento, tortura y amenazas de ejecución. Los casos inventados contra ellas son claramente políticos y se utilizan para intimidar los esfuerzos de los activistas por luchar por los derechos humanos y apoyar a las comunidades marginadas.
A esta crueldad se suma el hecho de que el régimen iraní oculta sistemáticamente a sus familias los cadáveres de las personas ejecutadas y se niega a revelar el lugar donde están enterradas. Esta práctica no sólo agrava el sufrimiento de las familias en duelo, sino que también refleja los continuos esfuerzos del régimen por borrar la identidad y los sacrificios de quienes se resistieron a su régimen opresor. Hace unos meses, cuatro miembros de nuestro partido hermano, el Partido Komala del Kurdistán iraní, fueron ejecutados, pero sus familias siguen sin saber dónde descansan sus restos mortales.
Esta escalada de ejecuciones políticas forma parte de una tendencia más amplia de asesinatos en masa en las cárceles de Irán. La Organización de Derechos Humanos de Irán informó recientemente de un fuerte aumento de las ejecuciones, con al menos 166 personas ahorcadas sólo en octubre, la cifra mensual más alta en más de 20 años. Las últimas conclusiones de Amnistía Internacional revelan también que casi el 75% de las ejecuciones documentadas en todo el mundo en 2023 tuvieron lugar en Irán, lo que pone de relieve el uso brutal que hace el régimen de la pena de muerte como herramienta para reprimir la disidencia y mantener el control.
La Alianza Progresista hace un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe con urgencia y determinación. Instamos a los gobiernos democráticos, a las organizaciones de derechos humanos y a la sociedad civil a que redoblen sus esfuerzos para que el régimen iraní rinda cuentas. Debemos amplificar nuestra voz colectiva para presionar al régimen iraní para que detenga estas ejecuciones y garantice la liberación inmediata de todos los presos políticos.
La Alianza Progresista se solidariza con el movimiento «Mujeres, Vida, Libertad», una fuerza de cambio en Irán, liderada por mujeres y comunidades marginadas en su búsqueda de justicia e igualdad. Impulsados por la valentía de estas mujeres y grupos marginados en su lucha contra la opresión, nos solidarizamos con ellos y con nuestros camaradas en Irán.