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Ahora es el momento de hablar de paz. Por Anna Sundström, Centro Internacional Olof Palme

Este año se cumple el 40º aniversario de la Comisión Independiente sobre Cuestiones de Desarme y Seguridad de Olof Palme. La Comisión presentó su informe en 1982, en plena Guerra Fría, y desarrolló el concepto de Seguridad Común: la idea de que las naciones y las poblaciones sólo pueden sentirse seguras cuando sus homólogos se sienten seguros.

Hace cuarenta años, la relación entre las superpotencias estaba en lo más bajo. El riesgo de una guerra nuclear devastadora era alto. La introducción de la seguridad común demostró que la seguridad es algo que creamos juntos. Más y más poderosas armas no son la respuesta.

De nuevo, el mundo se encuentra en la misma encrucijada. Enfrentado a la elección entre una existencia basada en la confrontación y la agresión o una que se arraigue en una agenda de paz transformadora y en la seguridad común. En 2022, la humanidad se enfrenta a las amenazas existenciales de la guerra nuclear, el cambio climático y las pandemias. A ello se suma una mezcla tóxica de desigualdad, extremismo, nacionalismo, violencia de género y reducción del espacio democrático. La forma en que la humanidad responda a estas amenazas decidirá nuestra propia supervivencia.

El orden internacional, que nos permite evitar las guerras, detener el calentamiento global, luchar contra una pandemia y hacer frente a los desafíos globales, simplemente no funciona lo suficientemente bien. Tenemos que arreglarlo. Por nuestro futuro común.

El nuevo informe Seguridad Común 2022 se elaboró a lo largo de un año de seminarios web mundiales y reuniones de una comisión asesora de alto nivel en la que participaron 18 líderes mundiales del pensamiento, como la ex primera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark y el diputado de Bangladesh Saber Chowdhury, la principal sindicalista del mundo, la australiana Sharan Burrow, y la empresaria tunecina Ouided Bouchamaoui, ganadora del Premio Nobel de la Paz, la ex directora de Greenpeace, Kumi Naidoo, y la ex directora general de Oxfam, Winnie Byanyima, los diplomáticos Jan Eliasson y Alexander Kmentt, y líderes juveniles de India, Suecia y Estados Unidos. El proyecto fue dirigido por la Oficina Internacional de la Paz, la Confederación Sindical Internacional y el Centro Internacional Olof Palme.

Las 25 recomendaciones se agrupan en cuatro apartados:

  1. 1. Reforzar la arquitectura global para la paz
  2. Un nuevo dividendo de la paz: desarme y desarrollo
  3. Revitalizar el control de las armas nucleares y el desarme
  4. Nuevas tecnologías militares y armas del espacio exterior

El mundo necesita volver a la senda del desarme y el progreso pacífico para superar las causas de los conflictos, especialmente el cambio climático y el calentamiento global, la desigualdad, las pandemias actuales y futuras, y los regímenes autoritarios que reducen el espacio democrático. Las recomendaciones pretenden motivar a la opinión pública y tener un impacto positivo en los responsables políticos y de la toma de decisiones sobre lo que es necesario y alcanzable. Un punto de partida para el proceso de dar la vuelta al “superpetrolero” de la guerra. Son pasos prácticos, pero también establecen una visión para un mundo mejor y más seguro. A todos nosotros nos corresponde llevar adelante estas propuestas.

Algunos dirán que es ingenuo hablar de paz, desarme y seguridad común cuando el mundo está al borde de una nueva guerra mundial. Al contrario. Ahora, más que nunca, necesitamos un discurso más fuerte por la paz.

Anna Sundström, Secretaria General del Centro Internacional Olof Palme

Lea el informe completo aquí;

https://commonsecurity.org/CommonSecurity_Report_2022_Blue.pdf

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