La solidaridad mundial es la clave para superar la COVID-19
La COVID-19 ha sido y sigue siendo un reto excepcional para todos nosotros. La única manera de avanzar es una estrategia de vacunación rápida y bien coordinada a nivel mundial que implique un aumento de la capacidad de producción y una distribución de las vacunas según las necesidades reales de cada país y no basada en el tamaño de su economia. Las personas vulnerables y los trabajadores de primera línea deben ser vacunados en primer lugar, independientemente del lugar donde vivan en este globo.
Las vacilaciones y los intereses nacionales no pondrán fin a la crisis sanitaria mundial ni tampoco nos sacarán de la crisis económica, medioambiental y social. Por el contrario, será un grave error de apreciación tanto desde el punto de vista moral como médico. El nacionalismo que estamos observando sobre el acceso a la vacuna provoca graves consecuencias tanto geopolíticas como económicas y sociales e impide una lucha eficaz contra el virus.
Demasiadas personas han sufrido del contagio de este virus y demasiadas han pagado el precio definitivo. Cada pérdida de vidas a causa de la COVID-19 es una pérdida de más.
Con el éxito del desarrollo de las vacunas contra la COVID-19, se ha suscitado un debate en torno a la distribución suficiente y justa de las limitadas dosis disponibles. Mientras que algunos países se han apresurado a conseguir suministros, otros, especialmente los de ingresos bajos y medios, no tienen todavía acceso.
COVAX se ha creado como la respuesta multilateral a este reto. Su objetivo es lograr la inmunización mundial y es fundamental para una estrategia de vacunación global que garantice una distribución justa y equitativa.
Sin embargo, tal y como están las cosas, estas herramientas aún no han conseguido asegurar vacunas suficientes para el Sur Global, que se enfrenta a dos grandes retos: la falta de financiamiento y la limitada disponibilidad de vacunas en el mercado.
El déficit de financiamiento de COVAX debe cerrarse lo antes posible para poder desplegar el ambicioso programa global de COVAX. También debemos apoyar el plan de vacunación con esfuerzos concretos en el diagnóstico y la terapéutica de la COVID-19.
Con las diferentes vacunas ya desarrolladas, es el momento de intensificar la producción de vacunas. Cualquier ralentización en la producción de vacunas es inaceptable, especialmente cuando se deriva de la maximización de los beneficios o del nacionalismo vacunal.
Las soluciones existen: el aumento de la producción es posible si los desarrolladores de vacunas cooperan voluntariamente, suministran las capacidades de producción disponibles, comparten licencias con otros fabricantes y aceptan transferir la tecnología necesaria. Los países titulares de patentes también pueden conceder licencias obligatorias para acelerar la producción. En consecuencia, en todos los futuros contratos de suministro de vacunas habrá una obligación vinculante de asociación con los fabricantes de los países en desarrollo.
Un acuerdo multilateral a nivel de la OMC debe evitar obstáculos administrativos innecesarios, para prevenir la acumulación de existencias y anteponer la producción, la distribución rápida y justa de las vacunas por sobre el ánimo de lucro. Una posible exención de patentes (oportunamente limitada) tiene la ventaja de que también proporciona una dirección clara y coherente a las oficinas de patentes y a los tribunales sobre cómo ver la concesión y la aplicación de la propiedad intelectual y evitar la posibilidad de disputas que podrían retrasar la fabricación local.
Estos son los pasos necesarios para ir de la mano con el fortalecimiento y el apoyo a los sistemas de salud a través de la inversión social, garantizando el acceso a los sistemas de salud y protección social, y el acceso a la educación y la formación.
La desigualdad en el acceso a las vacunas y al tratamiento de la COVID-19 es un espejo de las desigualdades entre los Estados y dentro de ellos que también están perjudicando nuestra respuesta como familia politica progresista a la pandemia y en nuestra recuperación. Sólo cuando todo el mundo haya tenido la oportunidad de vacunarse y hayamos conseguido inmunizar a una parte suficiente de la población, estaremos realmente a salvo. Cuanto más tiempo esté el virus, más posibilidades hay de que mute y, por tanto, mayor es la probabilidad de que haya que adaptar las vacunas para combatir las variedades más nuevas. Entonces debemos reconocer que la competencia por de la disponibilidad de las vacunas a nivel mundial nunca puede ser parte de la solución, es parte del problema.
Los progresistas nos unimos detrás de una estrategia global para combatir la COVID-19. Esto no será posible sin la solidaridad entre continentes, países y personas. Un mundo sin COVID-19 es posible. Seguiremos trabajando juntos para alcanzar este objetivo, no como competidores, sino como socios en igualdad de condiciones.
Como Alianza Progresista exigimos:
– Solidaridad global y asociación global contra el virus del nacionalismo vacunal
– Salvaguardar las vacunas COVID-19 como un bien público global, no como una herramienta para maximizar los beneficios
– Obligación vinculante de establecer asociaciones y crear capacidades de producción con los fabricantes de los países en desarrollo en todos los contratos de suministro de vacunas con los fabricantes por parte de los países industrializados.
– Aumentar la producción de vacunas a nivel mundial a través de medidas adecuadas, incluyendo la reevaluación del acuerdo ADPIC para ver si es adecuado para el propósito e investigar cómo se puede permitir la transferencia de tecnología
– Garantizar la accesibilidad a las vacunas para todos, en particular para las personas vulnerables, los trabajadores de primera línea y el personal sanitario en todo el mundo y en particular en el Sur global. Los países industrializados deben suministrar al Sur Global las dosis de sus excesos de capacidad
– La obligación de los fabricantes, laboratorios y productores de vacunas de vender sus productos al Sur Global y a COVAX únicamente al precio de coste y permitir la concesión de licencias a bajo coste
– Rechazar todos los acuerdos contractuales que limitan las exportaciones, el reparto y las donaciones de vacunas, que ponen fin al sufrimiento mundial.
– Introducir sistemas de impuestos sobre la riqueza y las transacciones financieras para garantizar el cierre de las brechas de financiación de COVAX
– Continuar y aumentar la inversión pública en investigación médica y sistemas de salud pública, especialmente en el Sur Global.
Si desea firmar la Declaración, escriba a : conny.reuter@progressive-alliance.info