1) Nuestra motivación y nuestro cometido
El centro de nuestro accionar es el ser humano, con su deseo de libertad y paz, su ansia de justicia y su capacidad de solidaridad. Ese es el hilo conductor y la tradición de nuestro movimiento de fuerzas progresistas, socialdemócratas y socialistas en todo el mundo y son esos mismos valores los que fortalecen a nuestro movimiento.
Al reunirse en Leipzig el 22 de mayo de 2013 para fundar la Alianza Progresista, más de 80 partidos de todo el mundo manifestaron su profunda convicción de que no es posible separar los tres valores básicos de libertad, justicia y solidaridad. Eso nos diferencia de aquellos que pretenden imponer el progreso desde arriba, que creen poder imponerlo a la fuerza mediante la opresión, o que utilizan a los seres humanos como meros medios para el logro de un objetivo mayor, sea cual sea su interpretación.
La fundación de la Alianza Progresista se realizó además con la firme convicción de que la cooperación internacional es más importante que nunca. Estamos experimentando un aumento sin precedentes de desafíos políticos y sociales cuyos efectos están adquiriendo cada vez más una dimensión internacional. La crisis económica y financiera va acompañada de una amplia crisis ecológica y desigualdades estructurales graves. En muchos países del mundo se ha intensificado la crisis de la democracia. Los nacionalistas y los populistas intentan abusar del tema de la migración en beneficio de sus propias agendas políticas. En muchos lugares, el retorno de la guerra y el nacionalismo como instrumento político socava cualquier voluntad de cooperar a nivel internacional.
Nosotros, las fuerzas progresistas, socialdemócratas y socialistas, sin embargo, sostenemos: El futuro es abierto, lleno de posibilidades nuevas, pero también lleno de riesgos. Por tanto, el progreso y la justicia social se deben conquistar mediante la lucha democrática. Con el ser humano como centro, con realismo y energía, la Alianza Progresista acomete sus tareas en el mundo del siglo XXI. Por una paz duradera y la salvaguardia de los recursos ecológicos. Por una sociedad libre, justa y solidaria. Por la igualdad y la autodeterminación de todos los seres humanos, independientemente de su origen y género, sin pobreza, explotación y miedo.
Aspiramos a lograr un orden mundial pacífico y justo. Apostamos por la “fuerza de la ley”, para superar la “ley del más fuerte”. Solo con seguridad y responsabilidad conjunta, solo con solidaridad y cooperación podrán los pueblos, los Estados y las culturas asegurar la supervivencia de la humanidad y del planeta.
Trabajamos para un progreso sostenible que aúne el impulso económico, la justicia social y la sensatez ecológica. Mediante el crecimiento cualitativo, queremos superar la pobreza y la explotación, posibilitar bienestar y trabajo digno para todos y todas y enfrentar el cambio climático que nos amenaza. Se trata de salvaguardar los recursos naturales también para las próximas generaciones y de mejorar la calidad de vida. Para ello, queremos poner las posibilidades del progreso científico y técnico al servicio de la humanidad.
Trabajamos para lograr sistemas de protección social que permitan combatir la pobreza, ofrecer a todas las personas las mismas oportunidades para una vida autodeterminada, garantizar una participación justa de los ciudadanos y protegerlos de forma confiable contra los principales riesgos de la vida. Apostamos por la interacción de las distintas generaciones y la igualdad de oportunidades para hombres y mujeres. Nuestra solidaridad se dirige especialmente a los grupos más vulnerables de nuestra sociedad. Queremos una vida sana y buena educación para todos. No queremos que ningún niño se quede atrás.
Apostamos por las fortalezas de una sociedad civil solidaria. Con la fuerza creativa de una política democrática, queremos fortalecer la cohesión en nuestros países y promover entre la población una sensación de pertenencia a su país. Queremos fomentar una cultura del reconocimiento: Los seres humanos deben convivir sobre la base del respeto mutuo por la dignidad, la cultura y el desempeño de los demás. Luchamos por un Estado de derecho social y democrático, que garantice la seguridad en libertad.
En esta época de cambios acelerados, muchas personas buscan orientación y perspectivas. Estamos seguros de que la mayor parte de los seres humanos comparte nuestros valores y nuestras metas. Esa mayoría solidaria es la que queremos ganar para la política progresista.
2) Acerca de nosotros
Desde la fundación de la Alianza Progresista en 2013, nuestra red abarca más de 140 partidos y organizaciones. La Alianza Progresista se nutre de sus integrantes, de la pluralidad y el colorido de sus partidos miembros, que son producto de largos procesos históricos y expresión de diversas circunstancias objetivas. También somos conscientes de las diferencias subjetivas y de las opiniones divergentes que existen en algunas áreas y no las ocultamos.
La Alianza Progresista es una plataforma de partidos soberanos, que parten de un conjunto de creencias comunes y se sienten unidos entre sí, con frecuencia desde hace muchas décadas. Nuestro trabajo conjunto no está marcado por directrices o decisiones mayoritarias ajenas a la realidad, sino por ideas, impulsos morales y, no menos importante, por la búsqueda de soluciones comunes. Y esto en un mundo que depende cada vez más de respuestas nuevas y transfronterizas a preguntas que, por un lado, tratan amenazas destructivas y, por otro lado, se ocupan de la supervivencia con libertad y dignidad.
Nos hemos brindado mutuo apoyo a la hora de establecer organizaciones regionales, y seguimos comprometidos con el intercambio a nivel regional. Ya estamos cooperando estrechamente con varias redes de partidos regionales, como el Partido de los Socialistas Europeos (PSE), el Grupo de Socialistas y Demócratas en el Parlamento Europeo, la Red de la Socialdemocracia en Asia (SocDem Asia), la Alianza Progresista de África Central (CAPA) y el Foro Socialdemócrata Árabe (ASDF). Entre otras, coordinamos estrechamente las actividades de la Alianza Progresista y sus prioridades temáticas con las redes regionales. Nuestro objetivo es estar presentes en cada una de las principales regiones del mundo al menos una vez al año con el fin de ampliar el fundamento para políticas progresistas y participar en las luchas importantes de nuestros partidos hermanos. Los conocimientos acumulados en las redes regionales sobre los socios en las respectivas regiones es de vital importancia para evaluar las futuras solicitudes de adhesión a la Alianza Progresista. También mantenemos relaciones intensas y estratégicas con la Unión Internacional de Juventudes Socialistas (IUSY). En estos últimos años también estuvimos presentes in situ en todas las regiones del mundo y logramos ampliar y fortalecer nuestra red. Desde el principio, la Alianza Progresista acogió con gran satisfacción la cooperación sumamente necesaria de sindicatos y organizaciones de la sociedad civil progresistas, por ejemplo, en el ámbito de la igualdad de género y los derechos de la comunidad LGBTI o como SOLIDAR, así como con grupos de reflexión.
Por último, la característica decisiva de la Alianza Progresista es que nuestra red mundial está basada en el compromiso de partidos individuales que proponen iniciativas y proyectos para implementarlos conjuntamente con la Alianza Progresista. La fortaleza de la Alianza Progresista radica, no en último lugar, en este compromiso y la identificación con las actividades de la Alianza por parte de sus miembros.
3) El enfoque de nuestra labor
La fundación de la Alianza Progresista el 22 de mayo de 2013 marcó el fin de muchos años de discusión sobre una forma de cooperación internacional abierta, democrática y moderna entre partidos progresistas, socialdemócratas, socialistas y laboristas, y al mismo tiempo fue el inicio de esta nueva forma de cooperación. La Alianza Progresista logró establecer nuevas pautas para la cooperación y el trabajo en red, no solamente entre partidos políticos, sino también con organizaciones y movimientos progresistas.
Por ello, el objetivo de partidos y organizaciones progresistas, socialdemócratas y socialistas debe ser la formulación de respuestas realistas, pero también visionarias, para poder solucionar los grandes retos de nuestra época. Esto exige implementar proyectos políticos piloto aquí y ahora, y seguir desarrollando al mismo tiempo las estrategias y conceptos a largo plazo que, aunque contengan ciertos atributos utópicos, muestren que es posible crear una sociedad diferente, mejor y más justa si se combinan medidas políticas actuales y cotidianas con visiones a largo plazo. Porque es posible crear un mundo diferente.
Ante esta situación, la Alianza Progresista ha esbozado los próximos puntos clave de su labor, que se están poniendo en práctica mediante nuestras campañas y diferentes formatos de eventos.
4) El camino a seguir
La Alianza Progresista desea fortalecer y ampliar el diálogo transfronterizo, la cooperación en todo el mundo y la solidaridad internacional. Para implementar nuestras aspiraciones políticas y los valores de la democracia, la justicia, la solidaridad y la igualdad de género también dentro de nuestra propia red, tenemos que promover los principios de acción y las estructuras básicas de la Alianza Progresista. Con este propósito queremos mejorar y fortalecer la Alianza Progresista en los siguientes puntos:
5) Nuestra misión
La mayoría de la gente aspira a vivir en un mundo de paz y justicia. Nuestras actividades políticas están encaminadas precisamente a contribuir a esta meta.
Nosotros, las fuerzas progresistas, socialdemócratas y socialistas, podemos determinar si el siglo XXI será un siglo de violencia y luchas feroces por los recursos o si será un siglo de progreso social, democrático, económico y ecológico.
El destino del siglo XXI dependerá en gran medida de nuestra fortaleza y los esfuerzos de las fuerzas progresistas en todo el mundo. Tenemos que luchar para que el siglo XXI sea un siglo de justicia social y de democracia.