Primero la buena noticia: el “Pacto global para una migración segura, ordenada y regular” contará con el apoyo de más de 180 Estados, es decir, la gran mayoría de la comunidad mundial. Se firmará en Marruecos en el mes de diciembre de este año. Está integrado por un conjunto de directrices y 23 medidas concretas para organizar la creación de un proceso de migración justo; su implementación, sin embargo, no es obligatoria.
La mala noticia es que los extremistas y populistas de derecha y también los nacionalistas están creando un clima adverso al Pacto de Migración, propagando noticias falsas y teorías conspiratorias. Intentan usar el Pacto Mundial de Migración para favorecer su agenda nacionalista. Debido a esta presión, algunos países se han retirado del Pacto Mundial de Migración, precisamente países europeos. Esto es una muy mala señal. Con esa decisión, Austria, Polonia y otros países se ubican del lado de Trump, Orbán y otras fuerzas de extrema derecha.
El Pacto Mundial de Migración es un hito histórico en la historia de la política migratoria internacional. Crea un marco de referencia para generar más cooperación y solidaridad entre los países de origen, de tránsito y de acogida. Porque ningún país puede abordar en solitario los desafíos y las oportunidades de este fenómeno de magnitud mundial. Con el Pacto Mundial de Migración se concretarán los objetivos de la Agenda 2030 asumidos por la comunidad mundial en relación con la migración. Los Estados deben abordar los objetivos del Pacto de Migración con la misma actitud de compromiso con que asumieron los objetivos de desarrollo sostenible. Soberanía nacional significa asumir la responsabilidad por la implementación.
Abogamos por la implementación de los siguientes objetivos: la lucha contra las causas estructurales de los éxodos y la migración, la protección y la mejora de las condiciones de vida y de trabajo de los migrantes y sus familias, la lucha contra la explotación, la discriminación y el tráfico de personas, la creación de una estructura mundial de migración segura, que permita a las personas acceder a la movilidad.
En pleno siglo XXI, ninguna persona debería verse obligada a dejar su patria. Al mismo tiempo, necesitamos un marco de referencia mundial como el Pacto Mundial de Migración, que permita a la comunidad mundial asumir el compromiso de generar condiciones de migración y movilidad seguras, ordenadas y reglamentadas. Sólo en esas condiciones la migración podrá desplegar su pleno potencial de desarrollo.