La Alianza Progresista se reunió en Tbilisi, Georgia – una de las grandes ciudades de El Cáucaso, un lugar de encuentro tradicional de diferentes naciones y culturas, una ciudad donde el Este y el Oeste, el Norte y el Sur, se han encontrado y dejado sus marcas distintivas a través de los siglos, además de una cultura de tolerancia única. En esta reunión queremos reafirmar nuestro compromiso con la cooperación internacional y regional. A lo largo de su historia, Georgia siempre ha florecido cuando las rutas comerciales quedaban abiertas, la paz estaba asegurada y se practicaba la tolerancia. De la misma forma, creemos que el único camino para lograr la estabilidad y la prosperidad mundial es la cooperación internacional.
Los países de la Asociación Oriental han estado en el centro de la atención mundial en los últimos 30 años debido a importantes procesos de transformación sociopolítica y económica, y por la lucha permanente de sus sociedades por la democracia y la libertad. El esfuerzo constante de estos países por establecer democracias más sólidas, con sociedades más resistentes y libertad económica, se ve afectado por los conflictos trágicos e irresueltos que se viven en la región. No hay otra alternativa que la paz y la negociación política para resolver los conflictos territoriales, sobre la base de los principios del derecho internacional, las tradiciones regionales de tolerancia y respeto mutuo, apostando por los intereses y el bienestar de las sociedades. Sin embargo, la resolución pacífica de conflictos no es promovida por el enfoque de la política de gran potencia adoptado por la Federación Rusa y su rol encubierto o patente a la hora de incitar y mantener los conflictos.
A pesar de los desafíos y del contexto geopolítico, los países de la Asociación Oriental, en especial los que han firmado los acuerdos de asociación con la UE, también han logrado avances y conquistas democráticas notables, promoviendo el progreso y sirviendo como inspiración a todo el mundo. Saludamos los cambios que se están produciendo en Armenia, resultado de la lucha incansable de la sociedad por la democracia y la libertad.
Si bien el populismo y el autoritarismo parecen estar creciendo en todo el mundo, la democracia sigue siendo atractiva y vibrante. Es un ideal por el que vale la pena luchar y estamos listos para seguir dando esa lucha.
En su lucha por un futuro más democrático, seguro, justo y sostenible, los pueblos de los países de la Asociación Oriental se inspiran en el ejemplo de la Unión Europea. La UE –vista desde esa región– es una luz de esperanza para muchos, un contraste notable con las visiones que sostienen actualmente muchos miembros de la Unión Europea. Los partidos progresistas, socialdemócratas y socialistas de la UE deben sentirse alentados por el entusiasmo tan difundido que despierta la UE en los países de la Asociación Oriental y así desarrollar aún más el proyecto europeo, ampliar sus historias de éxito y combatir sus debilidades. El ejemplo de la integración de la Unión Europea, de la cooperación entre antiguos enemigos, no ha perdido su atractivo fuera de la UE; es hora de volver a encenderlo en su interior.
