Los ciudadanos malayos que abogaron por transformar el régimen autócrata y cleptócrata en un sistema democrático con justicia social y solidaridad en Malasia triunfaron en las elecciones. Una mayoría abrumadora votó por la coalición Pakatan Harapan (Alianza por la Esperanza), liderada por nuestro partido hermano, el Partido de Acción Democrática (DAP).
La persecución de la oposición, la compra de votos, la distribución arbitraria de circunscripciones electorales y todos los demás intentos del régimen de manipular la voluntad de los ciudadanos y su anhelo de un cambio sufrieron una repulsa definitiva en estas elecciones.
Tras 61 años de independencia ahora el camino está libre para un cambio hacia la democracia, la justicia social y una solidaridad solidaria e inclusiva.
Este es un día positivo para la gente en Malasia y una fuerte señal para la región y más allá de ella.