Karpal Singh, el presidente nacional del DAP, fue declarado culpable por el Tribunal Superior de Justicia el 22 de febrero de 2014 por proferir palabras sediciosas contra el Sultán de Perak en la cúspide de la crisis constitucional del Estado en 2009.
1) Los derechos humanos, la democracia y la libertad de expresión son las principales víctimas de la condena por sedición contra Karpal Singh: ¿Cómo se puede explicar esta persecución después de que el Primer Ministro Datuk Seri Najib Razak prometiera reformas democráticas?
Howard Lee, Secretario Ejecutivo del departemento de Asuntos Internacionales: La persecución ha sido el principal instrumento utilizado desde la independencia de nuestra nación por el gobierno del Primer Ministro y por los actores del poder dentro de su partido para silenciar e intimidar a los disidentes, así como para sembrar el miedo entre aquellos que simpatizan con su causa.
Aunque el hecho de que el Primer Ministro falte a su promesa se ha convertido en algo normal en la conciencia política malasia, hemos pagado un precio muy alto por este espeluznante recordatorio de lo lejos que se encuentra Malasia de una democracia en pleno funcionamiento.
La mirada extranjera no informada puede ver y considerar a Malasia como una democracia en lenta maduración, aunque minimalista. Pero, para aquellos que están bien informados y para los malasios, nos encontramos, a todos los efectos, en una «autocracia electoral».
Resulta simplemente irónico que el eslogan del Primer Ministro durante la última campaña electoral fuera «promesas cumplidas».
2) Los principios de las Naciones Unidas establecen que las personas tienen derecho a la libertad de opinión y de expresión: ¿Cuál es la situación actual en este ámbito en Malasia?
H. L.: La libertad de expresión es un bien controlado y únicamente autorizado a los partidarios del gobierno. Los activistas y los políticos del Barisan Nasional (Frente Nacional) tienen completa libertad para hacer los comentarios más racistas y realizar las acciones más sediciosas. Los demás nos hemos visto obligados a contarnos un chiste repugnante al que los malasios estamos ya insensibilizados: que en Malasia disfrutamos de libertad de expresión, pero que hay que estar preparado a que muchos PIERDAN su libertad después de esa libre expresión.
3) ¿Cuál ha sido el efecto de la Ley malasia de sedición de 1948 (Malaysian Sedition Act of 1948) en el sistema legal malasio?
H. L.: Se trata de un vestigio de nuestra nación que se ha mantenido intencionadamente tal y como era, sin posibilidad de evolucionar. Es la ley que despliega los siniestros recorridos subterráneos del poder, esos oscuros túneles que permiten al ejecutivo vagar libremente influenciando y controlando el poder judicial y el legislativo. Por lo tanto, esta ley del oscurantismo es el principal instrumento utilizado para evitar en nuestra nación una auténtica separación de poderes. El caso que comentaba Karpal es un perfecto ejemplo del impacto de la Ley de sedición.
En lugar de ser un sistema que defienda la justicia, ha sido interpretado de tal manera que se ha convertido en un instrumento que permite constreñir, controlar y coaccionar a los malasios en beneficio del Barisan Nasional.
4) En virtud de la Constitución Federal, un representante electo queda inhabilitado para ocupar su cargo si es multado con más de 2000 MYR o encarcelado durante más de un año. Esta condena puede hacer que Karpal Singh quede inhabilitado como miembro del parlamento. ¿Cuáles serían entonces las consecuencias para el DAP?
H. L.: De hecho, el fallo de una multa de 4000 MYR tendrá un impacto de incluso mayor transcendencia. El mejor escenario sería que el recurso de Karpal consiguiera anular la condena antes del día de presentación de candidaturas para las próximas elecciones generales, que se especula que se celebrarán en 2018. Pero esto es muy poco probable.
El peor escenario sería que Karpal, que es un hombre de 70 años atado a una silla de ruedas, fuera encarcelado con las inhabilitaciones para presentarse como candidato y ocupar el cargo aún pendientes de resolución. El presidente de nuestro partido no podría presentarse a las próximas elecciones generales.
El escenario más probable es que los recursos se alarguen más allá de este ciclo electoral. De este modo, el régimen en el poder evitará perder popularidad, a la vez que mantiene su ardid para evitar que Karpal llegue al parlamento tras las próximas elecciones.
El caso de Karpal es el segundo de al menos otros 5 parlamentarios que se enfrentan a juicios falseados pendientes. Uno de ellos es nuestro primer ministro en la sombra y líder de la oposición, Anwar Ibrahim.
Como dijo el propio Karpal, «sin mí, el DAP cuenta aún con muchísimos más Karpales consolidados que mantendrán la lucha». A pesar del alto precio, el liderazgo de Karpal como presidente ha transformado al DAP en un partido que es mucho más que cualquiera de sus miembros individualmente.
El DAP empezó como un grupo de personas con una serie de ideas. Ha evolucionado hasta convertirse en una maquinaria que cultiva la promoción de esos ideales. La condena y persecución de Karpal no harán más que consolidar aún más esta maquinaria.
No obstante, la solidaridad internacional es absolutamente necesaria.